martes, 16 de agosto de 2011


- Y ahí estaba. Tumbada en su cama como si de algo bonito se tratase.
Cerró los ojos para no ver más, pero sentia su calor, su cuerpo a su lado, su respiración en su oido.
Se quedó toda la noche mirandole, contemplando aquel momento que no velveria a tener.
Pero comprendio que era lo mejor que la podia pasar.

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